miércoles, 30 de enero de 2008

HISTORIAS DE VIDA, HOY: Leándro y Rubén.

Año 4

Número 57





Esta historia empieza como todas las historias grosas....con un día común y personajes intrascendentes que arañan la gloria. Esos personajes somos Rubén, mi mejor amigo y yo, Leandro Kuni. El tiene 20 años, yo tengo 27, lo cual genera comentarios como que "yo solo me relaciono con pendejos" y que soy "un inadaptado social", aunque eso me lo dicen también por que no hablé hasta los 8 años. Rubén vivía con su mamá, que no estaba muy buena, pero yo tengo un fetiche con las señoras en decadencia, y créanme, ella estaba en decadencia. Además su tic de cerrar continuamente el ojo me permitía fantasear sobre miradas sugestivas que siempre supe que no eran tales, pero de ilusiones se vive, no?. La cosa es que ese día, estábamos jugando al winning eleven con Rubén. Yo me elegí al Atlético de Madrid, solo por que juega el "Kun" Agüero, y ya que mi apellido es "Kuni", aproveche para montar toda una estrategia de marketing para chupar su popularidad (de hecho mi nick en msn es "El Kuni Agüero") pero bueno, a pesar del rechazo popular que genera mi decisión, yo insisto, aunque mi viejo, fana de Racing, me dijo algunas frases subidas de tono, tales como "la peor desgracia de mi vida fue aquel forro pinchado", pero se que en el fondo lo dice jodiendo.

Luego de intensos 32 partidos decidimos irnos a dar una vuelta...era sábado a la noche y había que salir, incluso la gente impopular como nosotros tiene derecho a salir, pienso yo. Claro que nuestras salidas no son las que popularmente se aceptan, ya que lo nuestro consiste mas que nada en mirar mujeres sin ningún acercamiento, o con un acercamiento mínimo, para pagarles por sexo. Aquel día recordé que tenía el cumpleaños de mi primo Beto, que cumplía 23 y ya con esa edad tenia un registro de mujeres en su haber q yo sabía que no alcanzaría ni pagando el resto de mi vida. Festejaba por la zona de Palermo, lejos de Devoto, donde solíamos frecuentar y nos sentíamos locales, aun sin que nadie realmente nos diera demasíada bola, al menos sentíamos que nos ignoraba "nuestra gente", y temíamos ser pisoteados en barrio ajeno. Pese a todas estas conjeturas, fuimos, ya que Rubén tenia guita y ofreció "pagar unas trolas" a la salida del boliche si íbamos.


Rubén leyendo atentamente el libro de Chiche Gelblung.











El boliche quedaba en "Palermo Hollywood" y se llamaba "Te cobramos hasta el vaso de agua", Así que con mi poder deductivo, intuí que estaba fuera de nuestro presupuesto, a menos que Beto me hubiese agregado a alguna lista (si, soy un nerd pero sé que los boliches se manejan con listas, puedo saber eso incluso yo). Nos pusimos en la fila, había unas 30 personas aproximadamente, pero no pudimos entrar hasta que entraron unas 100, que incluían las 30 previas, mas otras 70 que en su mayoría eran "mujeres exuberantes", pero en un barrio común bien podrían denominarse "gatos caros". Al llegar a la puerta el patovica me miró con desprecio, casi el mismo que mi mamá cuando le dije que iba a dejar la secundaria al 2do día de 1er año, pero increíblemente nos dejo entrar casí sin revisarnos. A Rubén le pareció escuchar que el patova dijo algo así como "a estos dos boludos dejalos pasar que no se pueden levantar ni a la mañana", pero no estaba seguro del todo.


El boliche no era nada novedoso, tragos caros, minas lindas que nos ignoraban por completo, gente que se reía cuando nos veía....se sentía casí como la secundaria. Salude a mi primo Beto, que para variar estaba rodeado de minas, y no parecía haberles pagado, lo cual le otorgaba un merito enorme. Las salude a todas, no me iba a perder esa chance, incluso me tuve que bancar escuchar el chiste clásico que nos hacen siempre: "Es primo....lejano no?" ya que lamentablemente no tuve la misma suerte genética que Beto, un adonis de 1,85 flaco de piel bronceada y pelo dorado. Yo por mi lado contrastaba con un discreto metro 72, que con mis 100 robustos kilos y mis rulos, daban un aspecto "rustico", aunque con el tiempo descubrí que las mujeres buscan lo "rustico" en el diseño o en una casa, pero difícilmente en un hombre.
Yo a los 8, un bombonazo.


Beto era un gran tipo, a pesar de que podía comerse un montón de minas, sacrificaba parte de su tiempo para tratar de conseguirnos minas a nosotros, y digo "sacrificaba" y no "aprovechaba", basándome en los resultados obtenidos. Beto era un winner, pero nosotros no ayudábamos. Rubén tenia ataques de asma si le hablaba una mina, y yo no podía sostener un dialogo coherente si la mina estaba sobria. Y si estaba ebria, me costaba también.


Luego de que Beto desperdiciara hora y media de su cumpleaños en nosotros, tuve un gesto de caballerosidad y le dije que podía volver con sus amigos, lo cual Beto me agradeció desaforadamente y no volvió a hablarme el resto del cumpleaños. Es más, hace como dos meses que no me habla.

Empezamos a recorrer el lugar, una especie de "vuelta previa antes de irnos", como para quedarnos mas tiempo y sentir que justificamos la entrada. Resulto ser que había una puerta que daba a otro sector, una especie de fiesta privada. Perdido por perdido, nos acercamos lo más que pudimos. Justo el patova que dejaba pasar a la gente se puso a hablar con una minita que pasaba, lo cual nos permitió cruzar la línea y meternos. A Rubén le agarro asma, me olvide de decir que a el le agarra asma cuando se pone nervioso...en realidad le da asma por casí todo, pobre.


Entramos del todo y al final era lo que preveíamos...una fiesta privada. Ahí es donde finalmente estaban todos esos gatos que vimos en la puerta y en el boliche buscamos durante hora y media (por reloj). Al parecer todos estaban disfrazados con ropa de los 70, con lo cual no desentonamos, ya que Rubén usa ropa de su viejo y yo vivo comprando en la Feria Americana que hay a la vuelta de mi casa. Había alcohol gratis, me di cuenta por que vi a Rubén tirado en el suelo inconsciente y eso solo lo logra medio vaso de cerveza. Lo senté en una silla y me fui a ver q pasaba.


Me puse a hablar con un par de gatos caros, al parecer les caí simpático, parece que estaban podridas de enfiestarse con tipos facheros, así que me veían como una atracción. Empecé haciendo chistes de Los Simpsons, pero como veía que nadie me entendía, empecé a hacer chistes de Beto Casella y a cantar temas del Teto Medina, lo cual me convirtió en el alma de la fiesta.


A la media hora había sacado como 3 celulares, me los tuve anotar en papel por q yo tengo un celular de los viejos (el ladrillo que usaban Pablo y Pachu en Videomatch en el sketch de "Aquí Pekerman") y no suelo llevarlo por cuestiones de comodidad. En realidad pegue onda con como 7 minas, pero solo 3 pudieron encontrar el papel donde tenían anotado su propio cel, otras dos no sabían usarlo y las dos restantes desconocían que era un celular, pese a tener dos cada una.


No quería ser descortés y trate de seguirle la conversación a todas, después de todo, el nivel cultural del dialogo era pobre (si tuviera que ejemplificarlo con un país según su poderío, sería Sudán, con suerte) pero finalmente elegí una de ellas para llevármela a un lugar apartado. Se llamaba Laura, lo supe por que su remera decía su nombre (y ella tenia un pedo tan grande que también tuvo que leer su remera para acordarse)


La verdad podría decirse que nunca fui bueno tomando decisiones. En el PC Fútbol a una fecha antes de salir campeón le vendí a mi jugador estrella a mi escolta y perdí el torneo. Otra vez quise revender entradas y compre 40 de Metallica, pero el concierto se suspendió y perdí 100 mangos. Y esta vez, tenia 7 minas dándome bola y elegí a la novia del dueño del lugar. Creo que antes de sentir una botella impactando sobre mi cabeza, mis labios habían llegado a tocar los de Laura. Lo siguiente q recuerdo es que toque el pavimento con el codo, cuando salí revoleado del boliche. Luego de eso me cayó encima Rubén, que todavía seguía dormido y ni se despertó, pobrecito, me lo revolearon al grito de "llevate al maricón de tu novio". Por suerte el no escuchó, aunque si los vecinos que estaban levantados a las 7 de un domingo (todos viejos), que se cagaron de risa.


"Ehhh mamá? Yo te puedo explicar..."



Llegamos a casa de Rubén, y la madre nos abrió la puerta, tan provocativa como siempre (con ruleros y todo). Luego nos acostamos en la cama marinera que Rubén tiene (nunca supe por que, es hijo único, quizás esperaban tener otro o esa salía mas barata) En fin....me dormí recordando lo q pasó...después de todo, no todos los días se besa a una mujer así, de hecho en mi caso, cada dos años beso a una mujer sin pagar...así que eso me subía el promedio considerablemente.....en fin...la historia termina ahí...aunque creo q antes de dormir fantaseé con la mamá de Rubén (fantaseé = me clavé una pensando en ella), pero la novedad fue lo de la fiesta, lo de la mamá de Rubén no es novedad.

















4 comentarios:

Ezequiel dijo...

La escena en la que Leandro recapitula sus malas decisiones en su vida antes de ser apaleado por unos inflados es digna de ser parte de una comedia argentina.

Anónimo dijo...

Memorable, me cague de risa..

Anónimo dijo...

Lo del PC fútbol y lo de rústico fueron el climax de la historia.

Muy bueno.

Karina Donangelo dijo...

Muy buena la historia
Lo lamentable no es la odisea que pasaron ambos amigos sino el cúmulo de superficialidades que encontramos en lo que muchos llaman la "movida" porteña. Especialmente en lo que ahora llaman "Palermo Holliwood, que no es más que el viejo y querido Palermo viejo...
Vamos chicos, arriba con la autoestima!!! No creo que sean un par de perdedores; más bien creo que hoy nos invaden los bananas, como esos flacos de aquel lugar. Minoplisios, manadas enteras de decerebrados minoplisios como me gusta llamarlos. Una especie masculina que se cree que por tener un auto y sacudirte las llaves de su último modelo creen que la tienen más larga...

Éxitos!!!